Extraído del libro “La escalera de los ángeles” de Alejandro Jodorowsky.
Los testimonios, a pesar de su importancia, son siempre interpretaciones personales de un hecho y, por eso mismo, no debe dárseles calidad de prueba absoluta.
Nada de lo que ha sido dicho puede constituir la prueba de un hecho.
Hasta los gusanos poseen en su interior una flor dime oro.
La vida sigue fiel al grito primero en su intento por volver al origen;
en la fosca verdad de hoy, la crisálida muere para abrirse a la luz.
Por abandonos sucesivos alcanzamos un nacimiento en el futuro.
Anuncios
Filed under: Literatura |
Responder